La percepción de la afiliación de género y del propio cuerpo pueden ser importantes en un contexto de sexo y placer..
Ser una persona trans o transexual no significa automáticamente que uno desee cambiar su cuerpo, sino que puede decidir cómo utilizar el propio cuerpo para disfrutar y practicar el sexo.
Algunas personas trans quieren cambiar su cuerpo para adecuarlo mejor a su propia identidad y concepción de este.
En caso de modificar el cuerpo mediante una intervención quirúrgica, es importante dejar cicatrizar bien antes de comenzar a mantener relaciones sexuales con el nuevo órgano. El tiempo que precisa un cuerpo para cicatrizar dependerá de cada persona. Lo mejor es hablarlo con tu médico. Aunque, se podrá practicar sexo con otras partes del cuerpo que no sean el órgano sexual en cuestión. En lo que se refiere a cirugía mamaria es esencial observar una gran precaución y evitar el contacto con la zona antes de su cicatrización.
Es una elección personal e individual cómo llamar a las partes de nuestro cuerpo. Tú decides cómo quieres llamar a las diferentes partes de tu propio cuerpo. Habla con tu pareja o parejas sobre qué palabras prefieren para referirse a tu cuerpo y habla de cómo te ves a ti mismo. Por ejemplo, podrías llamar a tus genitales «pene», independientemente de cómo se vean.
A veces se habla de sexo transcompetente en referencia a la posibilidad de tener sexo con una persona sin que esta se sienta sexuada de un modo que le resulte incómodo. Esto implica distintas cosas para cada persona y, por supuesto, no hay ninguna regla general aplicable a todas las personas transexuales/transgénero. Sin embargo, te aconsejamos que, aparte de comunicarte, reflexiones sobre las palabras que utilizas con tu pareja. Por ejemplo, ¿chupar o lamer? Escoge el término que te parezca más adecuado. Uno puede evidentemente “hacerse la paja” con una vagina o un pene, pero por diversos motivos es una expresión que suele usarse en relación a penes. Por tanto, merece la pena reflexionar sobre las señales que te estás enviando a ti mismo y a tus parejas. Para muchos es importante el hecho de evitar términos que aludan a un sexo específico. En lugar de “pene” o “vagina”, utiliza, por ejemplo, “sexo” o “genitales” u otra palabra con la que tú y tus parejas se sientan cómodos.
Cada persona es diferente y utiliza su cuerpo de distintas maneras. Incluso si tu pareja sexual desea reasignar su cuerpo, no puedes asumir que su relación con su propio cuerpo (por ejemplo, los genitales) sea problemática.