No todos los chicos tienen pene
Algunos chicos tienen coño (aunque los hombres trans pueden llamar a su punto ideal con otro nombre). Una mano en el coño puede ser un placer gratificante, literalmente. Además de la agradable sensación de una mano deslizándose hacia arriba, una mano puede hacer maravillas en términos de presión y movimiento a lo largo de las paredes de la vagina. El fisting seguro y placentero se disfruta de manera responsable, con conciencia mutua y respeto tanto por parte del que lo da como del que lo recibe. El Fisting a menudo mejora y se vuelve aún más divertido con la experiencia.
Ya sea que seas tú quien haga el puño o lo reciba, es increíblemente importante ser consciente tanto de tu propio cuerpo como del de la otra persona. Respeta tus propios límites y respeta los de tu(s) pareja(s). Presta atención a los sonidos que hace la otra persona. Escuche sus palabras, sus gemidos, sus sonidos, su respiración y su lenguaje corporal. Date suficiente tiempo para tener sexo, relajarte y ver qué te excita. Acostumbra al coño a asimilar cosas cada vez más grandes.
Algunas personas pueden levantar cómodamente toda la mano en el primer intento, mientras que otras tendrán que hacerlo con calma y paciencia. Un poco de acción con la lengua y luego algunos dedos son excelentes maneras de preparar un coño. Puedes comenzar con un dedo e insertar gradualmente más, y tal vez incluso follar con una polla o un consolador. Recuerda estimular el clítoris también desde el exterior para hacerlo más agradable antes, durante y después del fisting. Intente hacer que su mano sea lo más plana posible si la persona es principiante e introdúzcala tan lejos como se sienta bien; recuerde que no es una competencia. Si le duele o le resulta desagradable, deténgase o reduzca el ritmo.
Las sensibles partes internas del clítoris se alcanzan desde el interior de la vagina, por lo que la sensación de estiramiento que se obtiene al hacer el puño puede hacer que la experiencia sea particularmente sorprendente. Una vez dentro del coño, explora un poco las paredes vaginales: siente alrededor, presionando y girando la mano. Algunos encuentran mejores los movimientos pequeños y suaves, mientras que otros prefieren un toque más áspero y duro. ¿Quizás intentar apretar el puño con cuidado dentro del coño para tener una sensación diferente? Las vaginas tienen una profundidad limitada y si recorres toda la distancia llegarás al punto final: el cuello uterino. A muchas personas no les gusta la sensación de una mano presionando el cuello uterino, así que concéntrate en jugar con diferentes presiones a lo largo de las paredes vaginales en lugar de llevar la mano lo más profundo posible. A algunas personas les gusta recibir estimulación anal durante el fisting o alternar entre ambos. Es necesario prestar atención a la higiene al hacerlo, ya que hay bacterias en el recto que pueden provocar infecciones en la vagina o la uretra. Desechar el guante y ponerse uno nuevo a medida que pasa del ano a la vagina podría ser una forma de manejar esto, o simplemente reservar una mano para cada agujero durante la sesión.
Para que el fisting sea más seguro y placentero, es fundamental utilizar abundante agua o lubricante a base de silicona. Algunas personas consideran que la propia lubricación de la vagina por sí sola es suficiente, mientras que otras prefieren usar lubricante adicional. Los guantes de látex o plástico también pueden deslizar las cosas. Los guantes tienen el beneficio adicional de reducir el riesgo de transmisión del VIH, la hepatitis B y la hepatitis C, que en casos raros pueden transmitirse en ambos sentidos a través de heridas dentro del coño o en la mano.
Internamente, la piel vaginal es relativamente delgada y frágil, aunque es un poco más duradera que el tejido del ano, por ejemplo. Para reducir el riesgo de lesiones, es importante que el donante tenga las uñas cortas y bien limadas y se quite los anillos y otras joyas que puedan rayar y romper.
¡Cuídate a ti mismo y a tus amigos del fisting!