La hepatitis la causa un virus que ataca el hígado y causa su inflamación.
Existen varios virus distintos que originan diversos tipos de hepatitis (A, B, C, D, E o G). Las formas más habituales de hepatitis son la A, B y C.
La hepatitis provoca a menudo, pero no siempre, síntomas tales como dolores de cabeza y otros parecidos a los de la gripe (cansancio, dolor en el cuerpo, etc.). También puede experimentarse una pérdida del apetito y vómitos. La piel y la esclerótica de los ojos se vuelven de color amarillento. La hepatitis C supone en este sentido una excepción (ver más abajo). Ahora bien, no todo el mundo presenta síntomas, lo que significa que se puede vivir con la hepatitis sin ser consciente de ello. Por esa razón es aconsejable realizar pruebas periódicas, en particular si uno ha estado expuesto a un riesgo de transmisión.
La mayoría de las formas de hepatitis se curan por sí solas, pero a veces puede desarrollarse una variante crónica de la infección. Las personas con una infección de hepatitis crónica pueden seguir llevando una vida normal, en el caso de la hepatitis B, con medicación antiviral. En el caso de la infección crónica, puede considerar limitar el consumo de alcohol para reducir la carga que esto supone para el hígado.
La Ley de Protección contra Infecciones/Enfermedades Infecciosas de Suecia clasifica la hepatitis como un peligro para la salud pública, esto significa que si las pruebas muestran que tienes hepatitis, tendrás que participar en un rastreo de contactos. Para encontrar a otras personas que puedan tener gonorrea, te preguntarán con quién has tenido relaciones sexuales recientemente. Puede resultar un poco extraño, pero es una forma de mostrar consideración hacia las personas con las que has tenido relaciones sexuales. Les da la oportunidad de comprobar que están sanas. Puedes optar por avisar a tus parejas en persona, pero si prefieres no hacerlo, la clínica se lo notificará sin divulgar quién dio su nombre.
Si usted es la pareja sexual de otra persona que ha contraído hepatitis, tendrá que ir a hacerse la prueba.
HEPATITIS A
La hepatitis A se contrae normalmente a través de los alimentos, normalmente en condiciones en las que no se gestionan adecuadamente las aguas residuales. El virus entra en el organismo a través de la boca y se excreta a través de las heces, lo que significa que puede transmitirse durante el beso negro (es decir, lamer el culo). La infección es poco frecuente en Suecia, pero se produce con mayor frecuencia en muchos otros países. En Suecia se producen algunos casos de transmisión sexual todos los años.
Causa una inflamación del hígado que impide a este procesar ciertas sustancias. También puede aumentar la sensibilidad al alcohol y a ciertos fármacos.
La hepatitis A no tiene tratamiento, pero suele curarse por sí sola. La infección puede provocar, aunque solo en casos excepcionales, la muerte del tejido celular del hígado (necrosis hepática). Hay una vacuna eficaz que protege de la infección. Consulta en tu centro de salud, centro de vacunación o donde suelas efectuarte los análisis o testeos. Por lo general, si uno ha padecido hepatitis A se vuelve inmune a ella el resto de su vida y, por lo tanto, no puede infectarse de nuevo.
HEPATITIS B
La hepatitis B se propaga a través de la sangre y los fluidos corporales. Las transfusiones sanguíneas y las heridas abiertas son dos de las vías posibles de transmisión, así como compartir jeringas y agujas. El virus se contagia también a través del contacto sexual. Podrás disminuir el riesgo de la transmisión de la hepatitis B evitando compartir agujas y jeringas con otras personas y utilizando preservativo en las distintas prácticas sexuales.
Causa una inflamación del hígado que impide a este procesar ciertas sustancias. También puede aumentar la sensibilidad al alcohol y a ciertos fármacos. Además, la infección puede afectar a las hormonas del organismo y a la capacidad de coagulación de la sangre.
La hepatitis B suele curarse por sí sola. En casos excepcionales, la infección puede volverse crónica, en cuyo caso la enfermedad se trata con antivirales. Una vez que se ha tenido hepatitis B, normalmente se es inmune a la infección durante el resto de la vida. Existe una vacuna eficaz contra la hepatitis B. Si eres un hombre que tiene relaciones sexuales con otros hombres, tienes derecho a la vacunación gratuita en Suecia. En algunas regiones, como Estocolmo, esta oferta gratuita se extiende también a la vacuna contra la hepatitis A.
HEPATITIS C
La hepatitis C se transmite a través de la sangre, las transfusiones sanguíneas, ciertas prácticas sexuales y compartiendo agujas y jeringuillas. La mitad de los infectados desarrollan una variante crónica de la enfermedad. En los últimos años ha aumentado la frecuencia de la hepatitis C entre los chicos que mantienen relaciones sexuales con otros chicos en Suecia y el resto de Europa. Algunos estudios apuntan a una mayor predisposición a la hepatitis C entre las personas seropositivas de VIH y que estos presentan una probabilidad menor de sanación natural.
Desde 1992 se comprueba la hepatitis C en toda la sangre. En caso de haber recibido una transfusión antes de este año deberás realizar pruebas para verificar que no te has contagiado a causa de la misma.
La vía de transmisión sexual más habitual de la hepatitis C es el uso compartido de objetos de tipo sexual, tales como consoladores o dispositivos de enjuague anal, o a resultas de que una misma persona monte o introduzca el puño (“fisting”) a varias sin usar preservativo o cambiarse los guantes entre uno y otro. El virus sobrevive mucho tiempo fuera del cuerpo, por lo que también puede transmitirse al compartir, por ejemplo, un envase de lubricante durante el fisting.
A diferencia de otras formas de hepatitis, la C raras veces presenta síntoma alguno. Solo unos pocos muestran síntomas en forma de un tono amarillento de la piel y la esclerótica (parte blanca del ojo), e indisposición física o fatiga. Teniendo en cuenta que la infección es tan difícil de detectar, es importante realizar análisis, en particular si se sospecha que puede haberse contraído esta enfermedad venérea. Efectuando pruebas se reduce también el riesgo de transmisión a otras personas.
La hepatitis C puede curarse por sí sola, pero si la infección permanece mucho tiempo en el cuerpo es posible que adquiera un carácter crónico, lo que puede ocasionar a la larga daños hepáticos.
El tratamiento disponible hoy en día es mucho más eficaz que en épocas anteriores y casi todas las infecciones se curan con él. Los efectos secundarios también son menos graves y el período de tratamiento es más corto. No obstante, el régimen de tratamiento es de ocho a doce semanas y es muy importante tomar la medicación de forma constante.
No existe vacuna contra la hepatitis C ni inmunidad después de una infección por hepatitis C que se haya curado espontáneamente o con tratamiento. Por ese motivo, es posible contraer la hepatitis C varias veces.