A muchos les gusta que les laman y acaricien en el orificio anal y alrededor de él.
Se trata de una zona muy sensible, compuesta de una piel fina con frecuencia más oscura que en otras partes del cuerpo. El color dependerá de la cantidad de pigmento presente en la zona. El área situada entre el ano y el escroto/vagina se denomina perineo, y acariciarla, masajearla o presionar sobre ella también suele producir placer.
En el extremo del ano hay dos esfínteres: uno externo y otro interno. Los esfínteres cercan el orificio anal y pueden relajarse o contraerse. Si se quiere recibir algo en el ano durante la práctica del sexo anal es importante que ambos esfínteres estén relajados para poder disfrutar lo máximo posible y evitar lesiones. El esfínter externo se controla voluntariamente, lo que te permite decidir cómo quieres usarlo. Sin embargo, el interno no se puede regular a voluntad, reaccionando a las presiones, independientemente de que algo empuje desde dentro o fuera. Al presionar con cuidado, por ejemplo, un dedo, un pene o un consolador sobre el esfínter interno, este comenzará a contraerse, pero trascurrido un momento (unos 15 segundos aproximadamente) se relajará.
Justo detrás del orificio anal se encuentra el recto, que se inclina ligeramente atrás, en dirección a la espalda, 15 centímetros antes de dar paso al intestino grueso. Entre el recto y el intestino grueso hay un esfínter más, que ayuda a mantener las heces fuera del recto hasta que se sienten ganas de defecar.
El interior del ano está cubierto por una mucosa fina y sensible, mucho más, por ejemplo, que la mucosa de la vagina. El ano cuenta con un tipo de mucosa que absorbe líquido, lo que lo hace especialmente receptivo al VIH y las infecciones de trasmisión sexual. La mucosa del ano no produce ningún tipo de lubricación propia. Por lo tanto, si se mantiene sexo anal con penetración es importante usar lubricante en abundancia para aumentar el placer y al mismo tiempo evitar daños en las mucosas.
A muchas personas les proporciona placer la dilatación de los músculos del ano y el área contigua mediante la introducción de objetos en este. Además, el ano y la zona aledaña son muy sensibles al tacto, en particular durante la excitación sexual. A través del ano también puede estimularse el punto P (próstata) o el punto G. Algunas personas son capaces de lograr un orgasmo a base solo de estimulación anal, y son muchos los que experimentan orgasmos más intensos al ser penetrados analmente al tiempo que se masturban, se tiran del pene o mantienen sexo oral.